Tras ganar en Valencia la soñada Copa del América, Larry Ellison quiere aprovechar el viento para satisfacer sus obsesiones como empresario: derrotar a SAP y navegar en persecución de IBM, tan enemigos como el Alinghi. Con estos objetivos, adquiere todo su sentido estratégico la compra de Sun Microsystems, que fue autorizada a finales de enero. La publicación de resultados del tercer trimestre parece demostrar que la singladura de la empresa Oracle va tan bien como la del trimarán que lleva su nombre. Empiezan a notarse las consecuencias de la adquisición, y los primeros en notarlas – aparte de los que han perdido el empleo – serán los usuarios de Solaris.
Para Oracle, el año fiscal 2010 concluirá en mayo, pero los resultados del tercer trimestre son bastante reveladores. Fiscalmente, la integración de Sun como división de la compañía se ha producido en febrero, y su contribución es elocuente: la ingeniería contable permite estimar que durante el resto de 2010 los ingresos derivados de la adquisición darán a Oracle un crecimiento de dos digitos, superiores a los que según la experiencia arrojaría su negocio tradicional.
En muchas ocasiones, Larry Ellison ha sostenido que Oracle puede sacar más partido a Sun de lo que esta hubiera podido lograr por sí sola. Sin desprenderse del hardware – que algunos temían y otros deseaban – se esboza la salida del catálogo de algunos productos que se vendía con pérdidas y se revisan los contratos de bajos márgenes, que estaba obligada a mantener sólo para no perder tamaño. Al comentar los resultados con su estilo personal, Ellison lanzó esta pulla: “creo que SAP ha perdido el norte; en lo único que nos gana es en el número de consejeros delegados: creo que van por tres o cuatro este año mientras Oracle sigue con el mismo”. Yendo al grano, anunció que la varias veces demorada suite Fusion saldrá este año, y tendrá una versión de servicio bajo demanda, construida en torno a Java, a diferencia de SAP que – dijo – “insiste en prolongar la vida del lenguaje ABAP, una tecnología de hace 25 años”.
Java, una tecnología que Oracle ha heredado de Sun prometiendo prorrogar su estatus especial , es una pieza importante para su estrategia de software. En un informe reciente, la consultora IDC sostiene que Ellison ha instruido a sus subordinados para que sean extremadamente delicados en el trato con una comunidad que cuenta con ocho millones de desarrolladores en todo el mundo. Para septiembre, Oracle ha convocado en San Francisco su primera conferencia dedicada a este colectivo. La vitalidad de este movimiento es esencial para Oracle, interesada en que su cifra de negocios dependa cada vez más del middleware y las aplicaciones y menos de su base de datos. Para que este propósito sea sostenible – dice el mismo informe – “ha de hacer todo lo necesario para que Java siga siendo competitivo en un mundo en el que continuamente aparecen nuevos lenguajes, plataformas y metáforas de programación”.
En cambio, mal pintan las cosas para Solaris, sistema operativo basado en Unix que no parece tener buen encaje en los planes de Oracle. Vivió sus mejores horas hace mucho tiempo, a comienzos de los 90, como confluencia de tres distribuciones de Unix (BSD, System V y Xenix), pero luego quedó subordinado al orgulloso aislamiento de los microprocesadores Sparc. Al parecer, Oracle estaría preparando la desactivación controlada de Solaris, mediante el procedimiento de transformarlo de software abierto a producto bajo licencia.
Como era previsible, Oracle repite las promesas rituales que hizo para asegurarse la aprobación de la compra de Sun, pero empieza a mostrar sus cartas: que Solaris pase de open source al régimen de licencia. De entrada, los usuarios nuevos de Solaris 10 tendrán un plazo de 90 días a partir de descargar el software para comprar una licencia; a los usuarios existentes se les respetarán las condiciones, para evitar que caigan en la tentación de migrar a Linux. En cuanto a la versión OpenSolaris, seguirá siendo open source, pero privada de ciertos elementos que pasan a ser exclusivos de Oracle. Es lógico esperar que el soporte a los desarrolladores se enfríe gradualmente.